lunes, 17 de agosto de 2015

LITERATURA COLOMBIANA MODERNA 1880 - 1930.



Casa de Poesìa Silva  (Bogotà)



LITERATURA COLOMBIANA MODERNA

La literatura colombiana modernista surge entre 1880 y 1930, es decir entre finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Se caracteriza por una confrontación económica, social, política, religiosa y literaria. En este espacio predominaron las guerras de intereses por la consolidación del poder, de acuerdo a las tendencias tradicionales, gamonalistas, religiosas y las nuevas tendencias por renovar la sociedad. 


Una sociedad agrícola, poco industrializada, artesanal y manufacturera. Los poseedores de la tierra, del estado, de la religión y de la educación manifestaban sus ideas frente al desarrollo cultural y literario. Contra esas manifestaciones del contexto surge unas ideas influenciadas por el romanticismo Europeo, las ideas de libertad del mundo Americano y la lucha contra lo arcaico, es decir, una nueva literatura en consonancia con los cambios que se expresan en la sociedad. Novelas, poesía, periodismo y ensayos. Lo antiguo frente a lo nuevo.

En este periodo (1880 – 1930) se enfrentan las ideas de los terratenientes y los artesanos y comerciantes.

Las ideas del conservatismo contra las ideas liberales y radicales, el centralismo confrontado con el federalismo, el predominio de la iglesia católica confrontado por una nación Laica. Rompiendo con ella la literatura de mitos y leyendas y costumbrismo, por una literatura más humanista.


ESCRITORES SOBRESALIENTES DE LA LITERATURA MODERNA COLOMBIANA .


Entre ellos tenemos: Josè Asunción Silva,  Guillermo Valencia, Jesús Marìa Vargas Vila, Porfirio Barba Jacob, Luis Tejada  (entre otros )



LUIS TEJADA.


Luis Tejada


Luis Tejada Cano nació en 1898 en Barbosa (Antioquia) y murió en Girardot (Cundinamarca) en 1924. Su infancia transcurrió en ese campo antioqueño del que después huiría en busca de la agitación propia de la ciudad y de sus corrientes poco ortodoxas, único teatro donde se permitiría la primera fila al espectáculo de entrada.

De estirpe libre pensadora (sobrino de María Cano, recordada como “la flor del trabajo”), sus padres decidieron iniciarlo con las lecturas del censurado periódico El Espectador, al ver la constante expulsión de los colegios por los que pasaba su hijo. El niño también se empapó desde temprano de lecturas de Anatole France, Arthur Conan Doyle o el mismo Edgar Allan Poe.


Vivió de y para escribir, y lo hizo en la prensa, pues la publicación de un libro en aquel entonces suponía grandes dificultades.

Las dos columnas más recordadas en su carrera son las de El Espectador, iniciadas en su regreso a Medellín en 1920. Una con el nombre de “Gotas de tinta” y la otra “Mesa de redacción”, que son parte del monumento poético de una obra de más de 500 crónicas.

El mismo año de su muerte se editó el único libro de Tejada, Libro de crónicas, el cual no pudo ver impreso por la temprana cita  con la muerte, pero que se encargarían de publicar aquellos que sabían de la fuerza y la renovación que este trabajo contenía para la escena literaria nacional.

Su vida  transcurrió entre en las páginas de la prensa pues también fue un luchador revolucionario, se dedicó a defender a los obreros y fundador del partido socialista que buscaba el “advenimiento del hombre nuevo, del buen hombre, del hombre”, que para ese entonces parecía tener vigencia.

Escribir en Colombia a inicios del siglo XX era saludar de golpe a una modernidad convulsa y frenética como el país que la recibía. Se supone que desde 1886 hasta 1930 la “hegemonía conservadora” venía imponiendo los modelos ideológicos y sociales a los que debía responder la nación, de acuerdo a facultades tan propias de un abad con un séquito de monjes que se jugaban las ropas del país de acuerdo a sus antojos, de guerra en guerra y de pillo en pillo en cabeza de este monasterio.

La literatura colombiana venía de una larga tradición de nombres y estafetas que promulgaban la conservación de moldes ajustados a los intereses unificadores del Concordato (1887) y por eso nos encontramos con personajes como Miguel Antonio Caro, Guillermo Valencia, Rafael Maya, Marco Fidel Suárez y una lista de gramáticos que veía en la reescritura de los clásicos la única voz representativa de un pueblo que, en su gran mayoría, no sabía leer.

Tejada, como uno de los fundadores de lo que podría llamarse la primera generación literaria que ha tenido el país, los “Nuevos” (antes del grupo en torno a la revista Mito en los años cincuenta), asistió a un tiempo transgresor que contó con la respuesta y participación de artistas como Luis Vidales, Jorge Zalamea, José Mar, el caricaturista Ricardo Rendón, León de Greiff y Silvestre Savinsky.

Sus crónicas eran fichas de rompecabezas y más de un registro era un elogio a la ruptura.

Así pues, Luis Tejada, siendo un escritor tan poco conocido en su propio país, logró lo suficiente para describir una geografía de ese espacio allanado entre identidades y migraciones en pugna, e hizo una clara demostración de lo que significaba escribir a la sombra moral de un régimen enfrascado en las ruinas.

Basta con recordar un fragmento de uno de sus escritos para asistir a la transformación mencionada que aparte de mostrar sus lecturas, permite compararle con el lenguaje en el que Azorín labraba temas tan descartados en sus libros como el cronista en sus columnas.


Sus crónicas eran fichas de rompecabezas y más de un registro era un elogio a la ruptura, su dialogismo consistía no en rendir cuentas, ni en cálculos prosódicos, sino en tomar pequeños fenómenos que circundaban la vida aglomerada de las ciudades para anotar en ellos la presencia de lo perenne, temperamental e inasible y agregarles ese torrente emocional, vehículo del escritor entre lo que vive y lo que dice.

Fugitivo entre los cánones, sus temas aparecen frescos en el ambiente plomizo de esa Bogotá de los años veinte con sus cafés y sus nuevas vías. Tanto el humo, las ranas, los trajes, los ataúdes, las zanahorias o los mismos mendigos eran objeto de su escritura y de su lenguaje, un abanico de analogías se desplegaba para exponer esa nueva literatura totalmente desprendida de cualquier retórica anquilosada en pro de grandes proyectos.

Las revistas El Sol, Rigoletto, Voces, Glóbulo rojo, entre otras, serían testigos de un lenguaje que experimentaba con fantasmas y no con dioses, con zanahorias y no con rosas, con vagabundos y no con próceres dando así el aliento de fugacidad que determina la formación de cada historia.

* Estudiante de Literatura con énfasis en investigación, crítica y teoría literaria de la Pontificia Universidad Javeriana. Diplomada en Latín del Instituto Caro y Cuervo y egresada de Teatro de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño.



Habla la vaca
(fragmento)

Veníamos hojeando esta mañana un viejo libro de Azorín y pensábamos: ¡cómo se parece este pueblo a Yecla! Aquí también todos son abogados, “todos van y vienen con cartapa­cios de papel oficinesco, todos entran y salen en el juzgado”, todo el mundo habla de leyes, de códigos, de defensas y de alegatos, todos... De pronto una respetable vaca, pintada, barriguda y de grandes ojos tristes, se interpuso en nuestro camino y nos dijo:
–Señores periodistas...
–Ajá, ¿a qué le debemos el honor?
–Señores periodistas. Tengan la bondad de sentarse en este banco y de oírme un mo­mento.

Nos sentamos. Ella lo hizo también. Cruzó, con cierta beatitud monjil, las patas delanteras sobre la embombada panza, suave, amable y tibia, y en cuyo centro preciso los pelos blancos y largos formaban un terso remolino. Apuntó hacia nosotros los dos agujeros húmedos de sus narices, sacó la lengua áspera, flexible, la paseó por el hocico lustroso, una, dos, tres veces, y luego prosiguió:
–Vengo en nombre del hermano buey; vengo en nombre del hermano pavo; vengo en nombre de la hermana gallina...
–Bueno, ¿y en qué podemos servirles?
–Es el caso que ayer encontramos un papel en una manga, cosa muy natural. En el tal papel se dice de un señor diputado que quiere proteger a los animales domésticos. Y el buey y el pavo y la gallina y el gato hosco y también el buen perro casero resolvieron enviarme a ustedes para pedirles que apoyen, refuercen o exijan la aprobación de ese proyecto tan humanitario. Eso es muy civilizado, como dicen. En otros países la protección de los animales sí es un hecho evidente y práctico. Una estimabilísima y muy ilustrada vaca Durham que trajeron el otro día de Inglaterra a una casa rica de aquí, nos contaba cómo una vez en Londres el Presidente de la Sociedad Protectora de Animales mató a su cochero a puñetazos porque estaba azotando levemente a los caballos con la fusta. ¡Eso sí es amor a los animales!
Nuestra interlocutora se detuvo un instante. Otra vez vimos el reverso estriado, ama­rillo, cartilaginoso de su lengua que se hundía en el hueco humeante de la nariz. Luego continuó así: –En este pueblo sólo se ha intentado proteger al caballo, ese ser afortunado y feliz. Hay quien defiende a los caballos de carrera, hay quien defiende a los caballos de coche, hay quien defiende a los caballos de carro. Pero nadie, señores míos, ha pensado un poco en todos esos humildes y oscuros animales que sufren, sin rebelarse jamás, el peso de una vida áspera y cruel; el pobre buey melancólico, tierno y apacible, que va con el arado todo el día bajo el sol agrio; el novillo bello, generoso, rozagante, que arrancan a sus verdes praderas para empujarlo hacia aquí durante largas semanas de peregrinación penitente, sin agua, sin yerba, sin descanso, para llegar escuálido y demacrado como un convaleciente del hospital; en las dulces y alegres gallinas de la huerta que morenas mujeres traen desde lejos ensartadas patas arriba en agresivo bastón pastoril. No hablo de mí, humilde vaca de leche, vapuleada y exprimida todo día, porque a una no le quedaría bien alabarse.
Y . . . . .






JOSE ASUNCIÒN SILVA


José Asunción Silva 1865 - 1996  Bogotà,   fue un poeta colombiano modernista. Se considera que su obra de mayor relevancia es ¨El libro de versos¨. Fue uno de los más importantes precursores del Modernismo, y, según otro sector de la crítica, uno de los más importantes escritores de la primera generación de modernistas.


Sin ocupación de la cual derivar un sustento, acepta en 1894 el nombramiento de secretario de la Legación de Colombia en Caracas. Allí frecuenta los salones más distinguidos, sueña con negocios de los cuales sacar buenos dividendos y establece amistad con los redactores de la revistas El Cojo Ilustrado y Cosmópolis. Todo va bien hasta que sus finanzas decaen, comienza su enfrentamiento con el ministro de la Legación (el general José del Carmen Villa, a quien menosprecia y hace objeto constante de burla) y siente la ausencia de su madre.

El 28 de enero de 1895, el barco a vapor Amérique, que lo trae desde Venezuela, naufraga frente a Barranquilla. Se hunden con él los manuscritos de su obra: el Libro de Versos y los Cuentos Negros, que pensaba publicar. No continúa su viaje a Bogotá; regresa a Caracas para cumplir con su asignación diplomática, pero las fricciones con el ministro de la Legación y su falta de liquidez frustran su deseo de iniciar un nuevo período en el cargo. Dos meses más tarde está de nuevo en Colombia. Ha fracasado como diplomático y pone entonces sus esperanzas en la instalación de una fábrica de baldosines, con una fórmula química patentada por él, para la que consigue el concurso de varios socios capitalistas. Pero en esta empresa también fracasa.

El legado obra de José Asunción Silva es breve, en parte por el naufragio  en el que se perdieron gran parte de sus manuscritos. Comprende alrededor de 150 poemas, una novela titulada De sobremesa y una serie, también breve, de prosas y notas críticas. Los poemas están distribuidos en cuatro conjuntos. El principal de ellos, por su calidad y coherencia, es El libro de versos, el único que Silva organizó y dejó listo para publicar.  Su obra primera, escrita entre los 14 y 18 años de edad, estuvo inédita hasta 1977, fecha en que se halló en la Biblioteca Nacional de Colombia un libro manuscrito, conocido parcialmente, el cual se publicó bajo el título de Intimidades, con un estudio del profesor Héctor Orjuela, experto en el trabajo silviano.

José Asunción Silva escribió variadas notas en su ensayo Por el amor de Louis; entre las más notables se encuentran sus Poesías varias 

Luz de Luna 

Ella estaba con él...  A su frente

     Tan bella y tan pálida,
Penetrando a través de los vidrios
     De la antigua ventana
De la luna distante venían
     Los rayos de plata.
El estaba a sus pies. De rodillas
     Mirando las vagas
Visiones que cruzan en horas felices
     Los cielos del alma.
Con las trémulas manos asidas,
Con el mudo fervor de quien ama,
Palpitando en los labios los besos,
     Entrambos hablaban
     El mudo lenguaje
     Sin voz ni palabras
En que, en horas de dicha suprema, 
Tembloroso el espíritu habla.

                                                  José Asunción Silva




Porfirio Barba Jacob


Porfirio Barba Jacob nació en Santa Rosa de Osos, Antioquia, el 29 de julio de 1883, hijo de Antonio María Osorio y Pastora Benítez, se crió con sus abuelos en Angostura y en 1895 inició su peregrinaje, que lo llevó por varias ciudades del país y, a partir de 1907, a América Central y a Estados Unidos. Cambió su nombre real Miguel Ángel Osorio Benítez por Porfirio Barba-Jacob, que conservó hasta su muerte.

La razón de cambiar su nombre por el original y enigmático Porfirio Barba Jacob se debió a muchos problemas judiciales ocasionados por un homónimo de Ricardo Arenales.

Su vida fue un continuo y desgarrado peregrinaje por diversos países de América. Estuvo radicado en Guatemala,Honduras, Costa Rica, El Salvador, Cuba, Perú y México, colaborando con toda suerte de publicaciones literarias y políticas. Contradictorio, siempre propenso al escándalo, enriqueció la leyenda sobre su extravagante persona con una producción poética peculiar. Su espíritu errabundo, lleno de pasión y de nostalgia, formó parte esencial de su obra, signada además por la angustia y la sensualidad.

Lírico como ninguno, dice de él Nicolás Bayona Posada que poseyó el arte maravilloso de unir a la música de las estrofas una embriagadora melodía de pensamientos originales y alucinantes. Murió en  1942  Ciudad de México. Cuatro años después de su fallecimiento, en 1946, el gobierno colombiano trasladó sus restos a Colombia. 


CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA


Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...



Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría...
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar...



Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en Abril el campo, que tiembla de pasión;



bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.



Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal;



la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.



Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
-¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir!-



que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
¡y hasta las propias penas! nos hacen sonreír...



Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer;
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.



Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar:



el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.



Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día
en que levamos anclas para jamás volver;



un día en que discurren vientos ineluctables...
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!

Porfirio Barba Jacob


GUILLERMO VALENCIA

Nació en Popayan, departamento del Cauca, en 1873, hijo de Joaquín Valencia Quijano y Adelaida Castillo Silva. Quedó huérfano a los diez años de edad. Gracias a su hermano mayor consiguió estudiar en el colegio de San José De La Salle, ubicado en Guapi, donde empezó a demostrar su inclinación a la poesía y a las letras.


De muy joven ingreso a la política (diputado a los 23 años, cuando ya había sido secretario de Hacienda en el Cauca desde dos años antes) y desempeñó puestos diplomáticos en Francia, Suiza y Alemania, y misiones diplomáticas en Brasil, Chile y Perú; fue jefe civil y militar del Cauca (1901), gobernador y senador de la República desde 1908. Candidato dos veces a la presidencia de la República, fue derrotado en ambas ocasiones. Fue un gran orador, un político discutido y discutible, y un excelente poeta; conservador en política y modernista en poesía, ello entrañaba una contradicción que hoy no se advierte tan bien como entonces.

En su trayectoria poética, se pueden reconocer tres etapas; en la primera tendió al parnasianismo, después siguió la línea del simbolismo francés, y, por fin, recibió la influencia de Rubén Darío y el modernismo. Su único libro original de versos fue Ritos, compuesto entre 1896-98 y publicado por segunda vez en Londres, en 1914. Luego compuso muchos otros poemas, algunos incluso de mayor valor que los de Ritos, buena parte de los cuales fueron publicados en 1952 en su Obra poética completa. Otra de sus obras fue Catay (publicada en 1929), en la que recoge distintos poemas chinos, traducidos en verso al español a partir de los años 74 gracias a su edad era más fácil vender porque a la gente le daba pesar era temeroso de las arañas y no le gustaba la aguapanela.


Tras culminar sus estudios de secundaria y convertirse en un joven intelectual muy destacado de su ciudad, se trasladó a Bogotá en 1895, donde fue elegido a la Cámara de Representantes por el partido conservador. Allí conoció a Baldomero Sanín Cano , con quien entablaría una entrañable amistad, y a los bohemios de la Gruta Simbólica, grupo literario de la época en el que destacó Julio Flórez. Empezó a ser conocido como orador en el parlamento y como lírico gracias a la declamación de poemas como "Anarkos" y "Croquis" en el Teatro Colón. 



Dos lánguidos camellos, de elásticas cervices,
de verdes ojos claros y piel sedosa y rubia,
los cuellos recogidos, hinchadas las narices,
a grandes pasos miden un arenal de Nubia.



Alzaron la cabeza para orientarse, y luego
el soñoliento avance de sus vellosas piernas
-bajo el rojizo dombo de aquel cenit de fuego-
pararon silenciosos, al pie de las cisternas...



Un lustro apenas cargan bajo el azul magnífico,
y ya sus ojos quema la fiebre del tormento:
tal vez leyeron, sabios, borroso jeroglífico
perdido entre las ruinas de infausto monumento.



Vagando taciturnos por la dormida alfombra,
cuando cierra los ojos el moribundo día,
bajo la virgen negra que los llevó en la sombra
copiaron el desfile de la Melancolía...



Son hijos del Desierto: prestóles la palmera
un largo cuello móvil que sus vaivenes finge,
y en sus marchitos rostros que esculpe la Quimera
¡sopló cansancio eterno la boca del Esfinge!

Guillermo Valencia


 José María Vargas Vila (1860/ - 1933)



Nació el 23 de julio de 1860 en Bogotá. Hijo del general José María Vargas Vila y de Elvira Bonilla. Con una formación autodidacta, no obtuvo ningún grado académico. Desde muy temprano participó en luchas políticas como periodista, agitador y orador.

A los dieciséis años entró a formar parte de las tropas del general Santos Acosta; fue maestro en poblaciones cercanas a Bogotá. A la edad de 24 años, en 1884, actuó como secretario del general radical Daniel Hernández, durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez.

Después de la revolución de 1885 debió refugiarse en Los Llanos. Allí escribió un panfleto que expresaba su oposición al gobierno. Esto lo obligó a dejar el país trasladándose a Venezuela, donde terminó sus primeras novelas. En 1891, visitó Nueva York.

Escribió Las Providenciales, libro que expresaba su repudio hacia todos los caudillos sudamericanos. Trabó amistad con José Martí y fundó la revista literaria Némesis. En 1898 ejerció como ministro plenipotenciario de la República del Ecuador en Roma, y en 1900, en París, inició su amistad con Rubén Darío.

Entre sus obras destacan: Aura o las violetas, Flor de Fango, Ibis, Lirio Rojo. Entre sus ensayos destacan: Los Parias, Los divinos y los humanos, Los Césares de la decadencia, y Ante los bárbaros, entre otros. Padeció una enfermedad extraña que afectó su vista y que terminaría por dejarlo completamente ciego.

José María Vargas Vila falleció en Barcelona, el 22 de mayo de 1933. 

Algunas de sus Obras

Aura o las violetas
Pasionarias, álbum para mi madre muerta
Emma, Maracaibo
Lo irreparable
Los Providenciales
Flor de fango
Ibis
A la hora del crepúsculo
Alba roja
Las rosas de la tarde
Copos de espuma

Elegía de Primavera


¡Dulce tarde infinita,
anégame en tus aguas de oro quieto
donde el alma reposa sin angustias;
dame tu plenitud, que nada quiere!

Eres eternidad.
Tú me borras el tiempo y el espacio.

Todas las primaveras de mi vida
suben de mis bolsillos a mis manos.
Primavera de niño, en los balcones,
viéndola, como un mar, ante mí abierta;
y luego, en el paseo
-mientras que yo miraba
jugar a los demás, meditabundo-,
iluminando mi alma silenciosa,
sola como un mendigo...
(... y la rueda de niñas...)

Primavera de siempre, con el ansia
de quererla beber hasta encontrarle el fondo.
¡Que no quede una hoja ni una brisa
que yo no haya gozado!
¡Que no te vayas nunca, primavera!

Y el espacio no existe: aquí está el mundo.
En la hermandad del sol
este valle y el otro son el mismo.
Ya está fundido todo.
La tierra entera canta entre mis brazos,
y me llaman los montes nunca vistos
y siento aquí presentes las ciudades
donde sueñan muchachas ignoradas...

¡Primaveral tristeza de estar solo!
Yo quisiera tener bajo mis manos
pétalos de las rosas más lejanas,
y una voz de muchacha, suave y tibia,
guardada en la cartera...
Tristeza porque sí, porque estoy triste
cuando todo se alegra sin razones...
Jose Marìa Vargas Vila



Jose Asunciòn  Silva Inmortalizado en billetes de 5:000




ACTIVIDADES

1. Lea atentamente el contenido  de Literatura Colombiana Moderna
2. Lea  los fragmentos de las obras de cada uno de los escritores Colombianos Modernos que se presentan en el texto.
3. Cual es el contexto de la Literatura Colombiana Moderna.
4. De cada uno de los fragmentos presentados señale  la intención del texto.
5. En el espacio para definido en el Blog, escriba un  comentario literario al contenido del tema Literatura Colombiana Moderna y agregue una nota sobre lo que màs le interesó del mismo, para efectos de verificar  su participación en el blog, indicando su nombre apellido y curso.

28 comentarios:

  1. Nos ayuda a recodar sobre la literatura que se baso en lo humano y lo religioso que fue novela prosa periodismo y cronología.

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  3. La literatura colombiana nos ayuda a recordar la época que va desde 1880 a 1830 donde se desarrollo el periodismos, la prosa, novelas etc

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  5. LA LITERATURA COLOMBIANA nos ayuda a comprender y saber mas sobre lo sucedido en los años 1880-1930 Y es un tema muy importate como en la literatura como en la cultura 802

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  8. La literatura colombiana moderna se remonta hacia los siglos XVII y XVIII, la categoría de “Literatura nacional” empieza a funcionar a partir del siglo XIX.

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  9. La literatura colombiana de 1880 a 1930 nos enseña lo que sucedió en aquella época y nos ayuda a entender como funcionaba la política, la sociedad y los medios

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  10. La literatura colombiana moderna se carecteriso por:
    Una confrontación económica,social,política,religiosa y
    literaria . En este espacio predominaron las guerras de intereses por la consolidación del poder, de acuerdo a las tendencias tradicionales, gamonalistas, religiosas y las tendencias por renovar la sociedad......

    ..
    Att:Lara del grado 802

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  11. La literatura colombiana moderna se carecteriso por:
    Una confrontación económica,social,política,religiosa y
    literaria . En este espacio predominaron las guerras de intereses por la consolidación del poder, de acuerdo a las tendencias tradicionales, gamonalistas, religiosas y las tendencias por renovar la sociedad......

    ..
    Att:Lara del grado 802

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  12. La literatura colombiana moderna se carecteriso por:
    Una confrontación económica,social,política,religiosa y
    literaria . En este espacio predominaron las guerras de intereses por la consolidación del poder, de acuerdo a las tendencias tradicionales, gamonalistas, religiosas y las tendencias por renovar la sociedad......

    ..
    Att:Lara del grado 802

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  14. Buenas, mi nombre es Diego Vanegas y soy del grado 802.
    Bueno, en este tema de la literatura colombiana moderna, nos ayuda a comprender lo que sucedió entre el siglo XVIII al XIX, como funcionaba la economía, la política, religión y los medios en esta etapa.

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  15. Este tema es interesante, ya que nos cuenta que a través de las confrontaciones de concebir el poder en los ámbitos: político, religioso, económico, literario y social; surgen unas ideas dominio del Romanticismo Europeo, que crean una nueva literatura mostrando otra cara de la sociedad por medio de ensayos, poesía, novelas y periodismo.

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  16. Gracias a esta explicación tengo en claro, lo que sucedió en los siglos xvlll y xix ver como era su forma de gobernación su política y su religión dándonos ha conocer sus espectativas.

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  18. La literatura colombiana

    independencia(siglo XVII),

    españolas en el continente, se vio completamente influenciada por el ánimo político, lo que determinó el pensamiento y el estilo de los autores criollos. Pero la literatura colombiana no deja de ser heredera de la hispánica y aquel sabor independentista e inconforme ante el estado de cosas coincide a la vez con el romanticismo en boga que dominaría todo el siglo XIX en Colombia.

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  19. Ana Ortiz
    La literatura colombiana moderna, Se caracteriza por una confrontación económica, social, política, religiosa y literaria. En este espacio predominaron las guerras de intereses por la consolidación del poder, de acuerdo a las tendencias tradicionales, gamonalistas, religiosas y las nuevas tendencias por renovar la sociedad. Ademas muy importante ya que nos enseña sobre las tendencias tradicionales y nuevas en la sociedad.

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  20. La literatura colombiana nos da a conocer los grandes sucesos de los siglos xll y xlx

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  21. La verdad me gusto este tema ya q nos da mucha información gracias profesor acero

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  23. Este tema es interesante, ya que nos cuenta que a través de las confrontaciones de concebir el poder en los ámbitos: político, religioso, económico, literario y social; surgen unas ideas dominio del Romanticismo Europeo, que crean una nueva literatura mostrando otra cara de la sociedad por medio de ensayos, poesía, novelas y periodismo.
    LA LITERATURA COLOMBIANA nos ayuda a comprender y saber mas sobre lo sucedido en los años 1880-1930 Y es un tema muy importate como en la literatura como en la cultura.

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  24. La literatura Colombina de 1880 a 1930 nos enseña lo que sucedió en aquella época y nos ayuda a entender como funcionaba la política la sociedad y los medios.
    La literatura moderna se caracterizo por una confrontación económica, literaria y religiosa en este espacio predominaron las guerras de intereses por la consolidación del poder..

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  25. LA LITERATURA COLOMBIANA nos ayuda a comprender y saber mas sobre lo sucedido en los años 1880-1930 Y es un tema muy importate como en la literatura como en la cultura.

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  26. Las ideas del conservatismo contra las ideas liberales y radicales, el centralismo confrontado con el federalismo, el predominio de la iglesia católica confrontado por una nación Laica. Rompiendo con ella la literatura de mitos y leyendas y costumbrismo, por una literatura más humanista.

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  27. La literatura colombiana modernista surge entre 1880 y 1930, es decir entre finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Se caracteriza por una confrontación económica, social, política, religiosa y literaria.

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  28. La literatura colombiana modernista surge entre 1880 y 1930, es decir entre finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Se caracteriza por una confrontación económica, social, política, religiosa y literaria.

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